Más allá de la marca siempre hay una historia. EME LONPLIÉ te desvela la singular historia de Ottavio Missoni, el creador de un imperio de diseño que surge a raíz de un encuentro fortuito en unas olimpiadas.
Un homenaje al rey del estampado.
Hablar de Missoni es hacerlo de la firma que representa el lujo a la italiana a través del cuidado en el diseño y la utilización de estampados coloristas y llamativos. Casa que surge con a unión de Ottavio Missoni y Rosita Jelmini en 1953, y que se da a conocer en Milán en 1958. Una colección realizada íntegramente en punto estampado.
Pero también es hablar de Ottavio Missoni quien da nombre a la firma y es uno de los principales referentes de la moda italiana, además de ex-atleta. Se alistó en las filas italianas durante la Segunda Guerra Mundial y tras la batalla del Alemain y la derrota de los fascistas estuvo preso durante cuatro años en Egipto.
Una historia singular ¿no?. Pues no acaba ahí, el dueño de uno de los Imperios de la Moda nos dejaba este jueves sin cerrar otro misterio, encontrar a hijo y heredero, Vittorio, quien desapareció con su familia cuando sobrevolaba en avioneta el archipiélago venezolano de Los Roques.
Una historia singular de la que destacamos un encuentro fortuito durante las olimpiadas de Londres de 1948, en las que Rosita Jelmini, hija de un industrial textil. Juntos diseñaron los trajes del equipo olímpico nacional.
Crean un laboratorio en su casa donde confeccionan prendas prêt-à-porter de punto y el resto cuenta el desarrollo de una marca que sigue vigente y guiada por el saber hacer de la familia.
Seguro que Rosita, Ángela (su hija) y Margherita (su nieta) mantienen el espíritu de la marca y continúan su legado. "Nosotras no trabajamos para Missoni, nosotras somos Missoni", palabras de Margherita.
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